Esta semana ha tenido
lugar en Sevilla la décima edición del Festival de Cine Europeo, un
festival que tras un dudoso comienzo (las primeras ediciones del
festival fueron de cine deportivo) parece que ha sabido asentarse
hasta encontrar hoy día una identidad propia y coherente. Aún así,
he de decir que no todo es perfecto y que hay muchos puntos que se
podrían mejorar.
Sobre el palmarés no
comentare mucho ya que no he visto ninguna de las películas
premiadas. Pero si diré algo que me a molestado profundamente.
Desconozco por completo si en otros festivales ocurre lo mismo, que
me da a mi que si, pero no entiendo como pueden anunciarse los
ganadores del festival a mediados de semana, cuando aún hay
películas que no se han proyectado. En mi opinión, el anuncio
debería hacerse el sábado, el ultimo día, y la ceremonia de
clausura el domingo. Pero quizás sea que soy muy tikismikis, no me
hagan demasiado caso.
Respecto a las entradas,
puedo entender que la organización se niegue a numerar las salas
para intentar completar el aforo de las mismas, ya que asientos
numerados podría generar huecos vacíos. Pero no deja de ser un
fastidio el hecho de tener que hacer dos colas, una para sacar las
entradas y otra para coger un asiento decente en la sala. Y todo esto
aunque las hayas comprado por internet. Comprarlas por internet solo
sirve para asegurarte que tienes entradas. La organización debería
buscar la forma de evitar estas colas y las carreras que hay que
pegarse para poder ver algunas pelis, porque es fácil sentirse
maltratado como publico.
En cuanto a las sedes,
aquí esta el gran problema, al menos en mi caso. Desde hace dos
años, el centro neurálgico del festival se ha mudado desde el
Nervion Plaza, hasta el Plaza de Armas. Entiendo que debe ser una
decisión económica. Además así se ha conseguido centralizar el
festival en la Alameda, la zona hipster de Sevilla por excelencia,
por lo que se consigue emplazar el festival en un lugar donde se
encuentra su gran publico objetivo.
Sin embargo, la zona de
la la Alameda es de difícil acceso para todos los que no vivimos en
el centro de Sevilla. El metro no pasa por allí y encontrar
aparcamiento es misión imposible, por lo que no queda otra que coger
varios buses o aparcar en el quinto coño y darse un pateo de la
ostia. Eso por no hablar de la calidad de las salas. Los cines del
Plaza de Armas son directamente lamentables. Salas pequeñas,
pantallas muy bajas (lo que hace imposible ver los subtítulos a
veces) y asientos tremendamente incómodos. El resto de cines están
bastante bien, el problema es que son cines antiguos y eso se nota,
como por ejemplo que en la peli que fui a ver el sábado en el cine
Alameda, la vi en una sala inmensa de asientos tremendamente cómodos
pero con una zona de goteras que hacia inviable ocupar unas diez
butacas de la sala, por no hablar del señor al que se le partió la
butaca en mitad de la peli justo al lado miá. Sin duda nada que ver
con las ediciones de antaño en el Nervion, con esas salas inmensas y
modernas, con asientos perfectos y a tan solo 25 minutitos de mi
casa.
Por ultimo comentar que
me ha parecido notar que este año el presupuesto del festival parece
haber bajado, ya que ha habido menos publicidad del evento, hasta el
punto de que me entere de que empezaba justo una semana antes del
comienzo. Aun así creo que ha sido un éxito de participación
porque las todas las salas en las que estuve estaban prácticamente
llena. Eso por no hablar de la cantidad de pelis que me quede sin ver
porque no había entradas, aun sacándolas con unos días de
antelación. Todo esto me hace tener la esperanza de que la vida del
festival sea larga, ya que es un evento que realmente me gusta y
disfruto. Y eso que no voy demasiado.
Respecto a las películas
que he visto, este año ha sido el que más veces e pisado las salas
del festival. Vi cuatro films, aunque me quedé sin ver los dos que
más me atraían por diversos motivos. Estos fueron mis visionados
del festival:
Berberian Soun Studio
Puntuación: 2
Opinión:
Homenaje al giallo
italiano a través del sonido que pierde fuerza a medida que avanza,
hasta el punto de que a mitad de la película, la trama (casi
inexistente) nos importa una mierda y solo queremos que acabe.
Afortunadamente el fin llega sin avisar, lo que al principio puede
aumentar nuestra sensación de indignación, pero pensándolo
fríamente agradecemos que no se nos haga perder más el tiempo. Pese
a todo, la ambientación es muy buena y algunas escenas guiño al
genero italiano pueden sacarnos brevemente de nuestra estupor.
Shirley: Visions of
Reality
Puntuación: 5
Opinión:
Otra película donde la
forma importa mas que el contenido. Trata de narrar la vida de una
joven en la América que va desde los años 20 a los 60, a través de
cuadros de Edward Hopper. No diré más ya que pienso realizar un
reportaje donde la incluyo, pero no la recomiendo, a no ser que seas
fan de Hopper. Y casi que ni así.
Salvo
Puntuación: 7
Película italiana de
escenas largas con poco dialogo y que dicen mucho. Un matón de la
mafia se encarga de ejecutar una venganza. Para no dejar cabos
sueltos tiene que encargarse de una testigo ciega, pero este es
incapaz de matarla. El principio es realmente trepidante. Lo cual
contrasta con el resto de su narración pausada e intimista. La
evolución del protagonista es realmente atractiva y sus escenas de
acción en off, espectaculares. Sin duda nos cuentan muchas cosas a
pesar de que vemos muy pocas. Una película de la que Hollywood haría
fácilmente una gran superproducción de acción con miles de
explosiones y balas a cascoporro. Esperemos que ese día no llegue
nunca.
The deep
Puntuación: 8
Comenzar quejándome de
una película puede dar una idea errónea sobre lo que me ha
parecido. Pero es que lo que más me ha impactado en “The deep”
es un gran fallo. Y pese a eso me a parecido una gran película. La
que más me ha gustado del festival sin duda. La película narra
como, tras naufragar un barco pesquero, mueren todos sus tripulantes
menos uno, que pasa una odisea para conseguir salvarse. Y aquí está
el fallo al que hacia referencia. La película peca de indecisión.
Tras un largo prologo (largo, no pesado), asistimos a la narración
liviana de la odisea de Gulli, y posteriormente se nos muestra de
forma también ligera los acontecimientos y consecuencias de dicha
catástrofe en la vida de nuestro protagonista. Quizás la película
debería haberse centrado en uno de los dos aspectos, o es una
película sobre la lucha de un hombre por sobrevivir o es una
película sobre las consecuencias de convertirse en un fenómeno de
circo ambulante, pero esta cinta se queda en un peligro termino medio
que no satisface ninguna de las dos mitades.
Sin embargo, y pese a
este problema, el film es magnífico. Con unos personajes entrañables
que realmente consiguen hacerse querer hasta el punto de sufrir por
la muerte de alguien al que casi ni hemos visto en pantalla. La
dirección técnica está muy cuidada, y el final, pese a que mirado
con objetividad es un final descorazonador, nos deja con un buen
sabor de boca. El gran punto fuerte de la cinta quizás sea ese, que
es capaz de contarnos cosas terribles de una forma esperanzadora,
algo que refleja a la perfección el gesto, de sempiterna sonrisa
melancólica de Ólafur Darri Ólafsson, todo un descubrimiento.
Magnifica película que mezcla “La tormenta perfecta” y “El
hombre elefante”, pero a la vez ninguna de las dos.
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