martes, 8 de abril de 2014

Análisis: El gran hotel Budapest






Puntuación: 8

Lo mejor:
Wes Anderson. El concepto de cine de autor toma sentido con directores como el que poseen un estilo propio reconocible.

Lo peor:
Que no te guste Wes Anderson. Si ese es el caso esta no es tu película.

Sinopsis:
Zero es un joven mozo de hotel que entra a trabajar en el gran Hotel Budapest, el hotel mas famoso de un país centroeuropeo imaginario, regentado por monsieur Gustave, todo una institución en su trabajo. Gustave acoge a Zero como su protegido justo cuando una buena clienta muere, legándole al conserje un cuadro valiosisimo. La familia de la difunta no lo tolera y hace todo lo posible para hacerse con la herencia de una forma u otra. Esto obligara a Zero y Gustave a vivir una aventura en ambos lados de la ley para salvaguardar su honor.

Opinión:


Soy fan incondicional de Anderson desde que vi Los Tenenbaums. Ante semejante obra de arte a mi cerebro le costo asimilar todo lo que estaba viendo, pero tras el chock inicial debo confesar que el tio me gano para siempre. Tal es así que desde entonces he tratado de ver todas sus obras y casi lo he conseguido (El fantástico señor Fox es una espinita que aun tengo clavada). Es de esos autores que cuando sacan nueva peli sabes que vas a disfrutar, incluso cuando sea una mierda. De esos que no defraudan porque te dan lo que prometen.

El señor Anderson tiene un estilo narrativo y visual muy particular lo que podría hacer parecer que todos sus películas son semejantes. Nada mas lejos de la realidad. Wes Anderson se ha mostrado inquieto en su carrera y con cada nuevo titulo ha tratado de mostrar su visión de géneros dispares. En cuanto a la temática, su obra es tremendamente ecléctica, no así en cuanto a la narrativa, ya que esta es el sello de fabrica.

En esta ocasión, se acerca al thriller y nos muestra una historia bastante oscura y tensa a través de su imaginario particular lo que podría hacer parecer que El gran hotel Budapest es una comedia como el resto de películas de este autor. No se dejen engañar, el cine de Anderson no es comedia, ni mucho menos, a pesar de que todo resulte divertido visto desde su cabeza.

El gran Hotel Budapest no es su mejor obra, en mi opinión, ya que no llega al nivel de los Tenembaums o de Moonrise Kingdom. Pero es que estar a la altura de semejantes obras es una misión casi imposible. La que nos ocupa hoy es una magnifica película, grandiosa diría yo, que muestra todas las claves del genio creativo que la firma.

La preocupación de Anderson por los encuadres es casi enfermiza, tratando de que cada plano de la película se convierta en impactante y atractivo. Para ello utiliza sus armas habituales: colores chillones, maquetas preciosistas y pretendidamente irreales, así como un uso de la simetría de la imagen y de la composición de los planos realmente depurada. Todo esto mostrado a un ritmo de montaje endiablado, con planos estáticos cortados al son de la constante música que hay siempre en escena, música alegre y machacona. Si a todo ello le sumamos que las actuaciones físicas de los personajes que aparecen rozan en ocasiones lo caricaturesco en sus movimientos, obtenemos una sensación de teatralidad, de comedia slapstick que provoca hilaridad a pesar de que lo que se cuenta pueda resultar duro, e incluso terrorífico, como es por ejemplo el encuentro entre el señor Kovacs y Jopling.

En definitiva, en otras manos esta película hubiese sido un trhiller de infarto, aunque probablemente ramplón, pero en las manos de este genio se convierte en un maremagnun de emociones que no deja indiferente a nadie.

El apartado actoral raya a gran altura, llevándose el peso de la función Ralph Fiennes que compone una figura magnética aderezada con unas dotes insospechadas para la comedia física. Mención aparte merece Willem Dafoe, cuyo personaje esta realmente hermanado con el que interpretara en Calles de Fuego. Aunque aquí produce mucho mas inquietud e incluso miedo. Y me gustaría mucho
reivindicar a Frank Murray Abraham, actor nunca suficientemente valorado, que aquí se come la pantalla de una forma totalmente pasiva cada vez que aparece. Porque no es necesario realizar grandes histriones ni caracterizaciones espectaculares para componer una actuación magistral. Todo un maestro.


Para acabar diré que disfrute como un enano en el cine viendo este peliculón y no puedo esperar a que el bueno de Wes se decida a hacer una nueva obra de arte.









B.S.O:







1 comentario:

  1. Yo soy de los que no le gusta mucho Wes Anderson, aunque esta película me gustó aunque sin pasarse. Prefiero Fantástico Mr. Fox.

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